Picor, rojez, sequedad o tirantez…Un amplio abanico de pieles se ven afectadas cada día por problemas de sensibilidad cutánea, una patología que además es mucho más frecuente en occidente y que se ha disparado en los últimos 30 años. La polución urbana, los choques estacionales, el uso de sustancias químicas agresivas en formulaciones cosméticas o un ritmo de vida con niveles de estrés, son sólo algunos de los porqués entorno a esta irritabilidad de la piel, que dependiendo de su ‘Talón de Aquiles’ puede ser cosmética, ambiental o severa. Según explica Cristina Galmiche, facialista experta en pieles acneicas y sensibles- un problema que muchas veces va de la mano- cuando el tejido ha alcanzado niveles de sensibilidad crítica es porque su pH cutáneo y microbioma están completamente debilitados. “En estos casos la cabina profesional y una dieta cosmética centrada en proteger, regenerar y humectar sin agredir, se convierte en la fórmula más e caz contra las pieles sensibilizadas”. Pero hay mucho más, asegura. “Además de la predisposición de una persona a padecer una reacción más o menos contundente a los factores externos, hay gestos cotidianos o ausencia de cuidados que pueden llegar a ser catastróficos para la salud del rostro y que, por el camino, sensibilizan muchas pieles que antes gozaban de más robustez”. Esos gestos, hábitos y pautas conforman un decálogo que Cristina Galmcihe lleva respetando 30 años y que – hasta ahora- le ha dado unos resultados impecables:
1. Un pH feliz. Mantener un pH cutáneo fortalecido es clave indispensable para que la sensibilización epidérmica no se produzca. La razón es sencilla según explica la experta “el manto hidrolipídico necesita disfrutar de unas defensas siempre activas para mantenernos protegidos, dado que es el encargado de generar un escudo de protección entre la piel y su “hábitat”, para que esa barrera permanezca siempre alerta, el pH de nuestra piel tiene que situarse en cifras comprendidas entre 4.5 – 5.75. Si estos balances roauctúan demasiado o simplemente se disparan es el momento de actuar”. Cosmética: La Loción Equilibrante Cristina Galmiche (29,50€) es un buen aliado para mantener fortalecido el manto ácido desde casa.
2. Ritual de limpieza adecuado. Que la limpieza es el básico de belleza por excelencia no es nuevo y precisamente por ello, existen mil y una fórmulas en el mercado según el tipo de piel, la preferencia de textura o el estilo de vida de cada mujer. Sin embargo, en el peliagudo mundo de las pieles reactivas no todo vale. “Para mi, en estos casos la mejor receta cosmética es el tradicional combo leche- tónico que ejerza una doble limpieza sobre el rostro sin agredirla”. Cosmética: las leches limpiadora arrastran las impurezas oleosolubles sin desproteger el pH y sin hipotecar la hidratación del rostro. La Leche Limpiadora Cristina Galmiche (16,45€) es perfecta en pieles reactivas.
3. Vetar el agua del grifo. “Cada vez se habla más de ello, aunque en mi opinión no lo suficiente. Pero el agua del grifo -aunque depende de la zona- suele incorporar elementos como el hierro o el zinc que perjudican la salud del rostro, pero que además, en el caso de la pieles sensibles es muy contraproducente puesto que resecan el tejido cutáneo y restan humedad a la piel, que es uno de los principales problemas de las pieles reactivas”. Así, es preferible usar un enjuague cosmético suave que nos permita tener esa sensación de frescura en la piel, sin hipotecar su salud.
4. Una oxigenación al mes. Una buena oxigenación del rostro es una restauración imprescindible para la salud, y tiene que ser el punto de partida de cualquier tratamiento y ritual cosmético. “A las personas que pasan por mis centros, siempre se lo explico con la siguiente metáfora; imaginemos que queremos restaurar un mueble. Para que quede bien, hay que sanear su superficie, sino el resultado es nefasto. Para eso sirve una buena oxigenación, para reparar el tejido y que nuestra piel pueda mejorarse en condiciones óptimas”. En Cabina: La Oxigenación artesanal (95-120€) que se realiza en Cristina Galmiche esta pensada en clave restauradora y ayuda a fomentar la salud global del rostro.
5. En cosmética no todo vale. Ya sea dermatólogo o esteticista experimentado, cuando surgen problemas de sensibilidad es necesario replantearse el tipo de cuidado cosmético que se le da a la piel. Pero, “hacer un examen previo de la misma es básico”. Ir a la primera farmacia o perfumería a hacerse con un ‘kit S.O.S’ es mala idea. Lo mejor es acudir a profesionales que pauten un buen ritual de cuidado.
Cosmética: Lo ideal en pieles sensibles en apostar por las emulsiones regenerantes y sin fórmulas demasiado saturadas, que busquen hacer ‘diana’ en la deshidratación y desnutrición de la piel. La crema Regeneradora (39,50€) de Cristina Galmiche es una buena opción.
6. Revisa el neceser cada temporada. La cosmética también caduca, “ el problema es que muchas veces olvidamos hacer limpieza de fondo en nuestro neceser y nos aplicamos cosméticos que han perdido todas sus propiedades y que además, pueden generar reacciones muy severas en la piel”. Por eso, conviene hacer cada temporada un descarte con aquellos productos – abiertos- que lleven aposentados en nuestro tocador demasiado tiempo.
7. Utiliza siempre fórmulas respetuosas. En materia cosmética la mejor aliada de una piel sensible es la naturalidad. Las formulaciones demasiado saturadas, con activos secantes, fotosensibles, perfumes y muchos conservantes son una mala idea. “En este sentido, creo que menos es más. Una piel sensible necesita fundamentalmente limpieza diaria, defensa del manto hidrolipídico y emulsiones humectantes y nutritivas. No es bueno saturarlas”. Activos: la rosa, el bambú o el aceite de oliva se han utilizado tradicionalmente como bálsamos calmantes para aplacar la reactividad.
8. Equipar el bolso. Aunque tratemos a cuerpo de rey a nuestro cutis, la reactividad cutánea puede jugarnos una mala pasada durante un vuelo, en el trabajo o en una terraza. Por eso es necesario tener
siempre a mano un buen bálsamo de rescate que consiga calmar la piel. Cosmética: La nueva Mascarilla Harmonie Calm Organic (56,66€) 2 en 1 , es perfecta para combatir las reacciones y además tiene la ventaja de que puede utilizarse como crema y como mascarilla a la vez.
9. Vigila la ropa de cama. Hay muchas fibras sintéticas que se encuentra en la ropa y las sábanas que pueden generar reacciones o acrecentarlas sin que nos demos cuenta. Para todas las pieles que son sensibles, lo mejor es acudir al algodón – si es orgánico mejor- y lavar la ropa con detergentes hipoalergénicos.
10. Aire limpio en casa. Las pieles ‘urbanas’ están sometidas a los constantes desperfectos que la polución genera en nuestra piel, otro de los factores cada vez más en boga a los que la industria cosmética quiere dar respuesta. Aunque no podemos controlar las emisiones de CO2, sí podemos mantener un ambiente más limpio en casa gracias a purificadores del aire específicas y a una buena ventilación y limpieza.