La piel lleva siendo mi profesión desde hace más de treinta años. Quizás por ello suelo asumir que hay ciertas cosas sobre su cuidado que sabe todo el mundo. Por ejemplo, que el sérum se aplica bajo la crema, que no se debe tocar el acné y mi favorita, que la limpieza la piel en casa todos los días es un gesto básico. Hay un gran desconocimiento -y en algunos casos dejadez- sobre la importancia de la limpieza de la cara diariamente. Hay mujeres que sólo acuden a su ritual cuando se han maquillado. Otras personas (sobretodo ellos) asumen que si no se maquillan, no es necesario limpiarse. Incluso hay gente que cree que con una toallita desmaquillante tiene más que de sobra. Hoy asumo el papel de señorita Rottenmeier y te explico la eterna pregunta: ¿qué le pasa a tu piel si no te desmaquillas?

Al margen de que nos maquillemos o no, la suciedad se agazapa en nuestro rostro a diario. Las partículas de suciedad que genera la contaminación se adhieren al rostro y se mantienen ahí si no las arrastramos. Lo mismo sucede con del humo del tabaco. Nuestra piel segrega sebo de forma natural – sobretodo por las noches- que si no se despeja, genera granitos. Algunas sustancias como el zinc (que incorporan la mayor parte de pantallas solares) taponan los poros. Al igual que las conocidas como sustancias comedogénicas , que se sabe, generan puntos negros (comedones). Todos estos factores ensucian nuestra piel sin que nos demos cuenta. Pero…¿Cómo afecta esa suciedad al rostro a largo plazo?
1. Afloran las impurezas.
Lo primero que sucede si no tenemos una buena higiene diaria de la piel, es que los conductos de la unidad polisebácea– mejor conocidos como poros- empiezan a taponarse. Ese tapón que le generamos a la piel, es el causante de que surjan impurezas en el rostro en forma de granitos o puntos negros. Con lo cual, si no nos limpiamos tendremos una piel menos uniforme y con una textura granulada.
2. Piel menos hidratada e irritada.
En segundo lugar, nos topamos con otro problema más serio: cuando la piel está taponada, los poros no pueden hacer su trabajo, que es el de servir a la superficie de la piel de “transportador” de sebo (sí, el sebo en su justa medida, también tiene beneficios). Éste nos sirve, para mantener la superficie cutánea protegida e hidratada y también para despejar las células muertas y otros factores que irritan la piel. Pero al tener taponados los poros, el sebo se acumula y no conseguimos que haga su trabajo correctamente, motivando una piel deshidratada y más sensible, puesto que nuestro manto hidrolipídico se debilita.
3. Tu piel envejecerá antes.
Ésta es quizás la razón con la que termino por convencer a casi todas mis clientas. No limpiarse, acelera los procesos oxidativos del rostro. Lo que se traduce en que aparecerán arrugas y flacidez antes y de una manera más rotunda. La razón es que todos los contaminantes ambientales que se depositan en la piel durante el día – del humo del tabaco al maquillaje- se filtran a través del poro y “rompen” el colágeno y elastina que se encargan de mantener nuestro rostro joven. Jane Fonda, espectacular a sus nada menos que 80 años, ha hablado varias veces sobre lo cuidadosa que es con su limpieza diaria. ¿Será casualidad?, seguro que no.
Como veis una piel sucia conlleva más impurezas, mayor nivel de deshidratación , sensibilización y más envejecida…Si no quieres levantarte con años de más y un rostro sin luz, deshidratado y en definitiva, estropeado. Lo mejor es que incluyas en tu neceser y tu rutina una limpieza con mayúsculas. En Cristina Galmiche, vamos más allá y apostamos por la “doble limpieza” (Leche + Tónico), que además debería hacerse mañana y noche. La guinda al tratamiento en casa, sería una visita mensual obligada a nuestra cabina, para realizar una de nuestras oxigenaciones a medida y que tu piel no te de nunca una sola queja.