No todas las manchas en la piel son iguales, ni en su origen, ni en su profundidad. En sus vertientes más preocupantes, son lesiones pigmentadas que aparecen en la dermis por diversos motivos, y para su tratamiento es imperativo un diagnóstico ajustado y un estudio detenido de las causas que han llevado a nuestra piel a generar estas molestas “ocupantes” que restan salud y juventud a nuestra piel. Para acabar con éxito con las machas, lo primero es acotar el problema, porque no es lo mismo tratar lentigos o melasmas, que manchas solares.
Los lentigos ( llamados así por su semejanza formal con los granos de lenteja) y los melasmas (con un aspecto de velo grisáceo), pueden tener diversos orígenes; edad, hormonas, alimentación, factores genéticos y por supuesto, una excesiva y temeraria exposición a los rayos uva. Este tipo de manchas, suponen una lesión más profunda en el tejido, si lo comparamos con el estigma número uno de las vacaciones estivales; las manchas solares, que son de índole más superficial.
Las manchas solares, se producen cuando cambia la distribución de los melanocitos en nuestro organismo, que son los encargados de producir melanina para que nuestro cuerpo tenga herramientas de apoyo a la hora de enfrentarse a los rayos UV-A. Si se produce una irregularidad en los melanocitos, entonces aparecen estos molestos huéspedes cutáneos que, tras una jornada de vacaciones y después de que nuestro bronceado vaya desapareciendo, se aposentan en nuestra dermis sin aparente remedio.
En el caso de las lesiones más profundas, la tecnología del láser, así como ciertos tipos de radiofrecuencia como la nano-fraccionada que ofrecen los equipos de Venus, son los aliados más potentes contra el problema. Muchos dermatólogos y médicos estéticos, recurren además a los peelings químicos, que buscan “quemar” las capas más superficiales de la piel, para borrar estas coloraciones inusuales de rostro y cuerpo. Sin embargo hay que destacar, que la piel es un órgano tremendamente inteligente, que tiene memoria, y puede traducir una quemadura esporádica de hace diez años, en una mancha solar prominente que se manifiesta años más tarde. Por eso, no hay mejor tratamiento contra este tipo de manchas (las solares) que la prevención.
3 claves para sortear la aparición de manchas solares.
- Piel a cubierto. Las fórmulas mágicas no existen, y si además se tiene un fototipo claro o muy claro, nuestra piel va a ser especialmente vulnerable a la aparición de estas huellas solares. El abuso del sol no es recomendable en ningún fototipo- ni claro ni oscuro- porque envejece a largo plazo, y nos resta “capital” solar, pero si decidimos exponernos al sol, una pantalla solar adecuada a nuestras necesidades y fototipo, es un gesto obligatorio. Arropando nuestra piel con un buen protector, nos aseguramos de que en septiembre nuestra única preocupación sea el estrés post-vacacional y no la aparición descontrolada de las señales de nuestra imprudencia en forma de manchas antiestéticas.
- pH equilibrado, el mantra que nunca decepciona. Como esteticista con más de treinta años de experiencia, considero que un Ph cutáneo fuerte y equilibrado, es el mejor compañero de una piel saludable. Por eso, mantenerlo en unas cotas regulares, es un básico que en casi todos los casos, garantiza una piel despejada de problemas, y lo mejor de todo es que ¡Conseguirlo es sencillo! Una oxigenación con extracción artesanal al mes, sumado a un ritual cosmético que base sus fórmulas en activos naturales, es un buen punto de partida para fortalecer nuestro Ph cutáneo, y si además lo complementamos con una buena dosis de tratamientos en cabina destinados a nutrir nuestra piel, el mantra, cumple a rajatabla con su cometido; mantener alejadas las manchas solares de nuestro rostro.
- Nutricosmética, un aliado que trabaja desde dentro. Recientes estudios, avalan que ciertos nutrientes, minerales y vitaminas actúan en nuestro organismo como verdaderos escudos anti-manchas. ¿Los más secundados? el hierro y la Vitamina B. Ambos, en su formato de complementos nutricosmético, son buenos “socios” para combatir la aparición de manchas.
Si ya te han salido… ¡Apunta estos dos tips de ‘evacuación’ contra las manchas.
- Rapidez en el diagnóstico. Es mucho más fácil tratar una lesión pigmentada jóven, que una que ya tiene su veteranía en nuestra piel. Así que al primer síntoma, se ha de acudir a un buen profesional, casi como un acto reflejo. De esta manera, podremos ponerle solución a un problema incipiente y no a un desastre cutáneo.
- Cosmética anti-manchas. Las cremas milagrosas, no existen y menos para solucionar heridas tan contundentes como las manchas. Además tenemos en cuenta que hace algunos años, los tratamientos despigmentantes llevaban en sus formulaciones ácidos y otros componentes, que a la larga producían en la piel toda suerte de procesos de sensibilización. Afortunadamente el campo de la cosmetología ha avanzado con paso firme y firmas como Biologique Recherche o Carita ofrecen curas cosméticas muy sofisticadas para aclarar toda clase de manchas, eso si, siempre acompañadas de un buen protocolo en cabina para apoyar sus resultados.