El trabajo artesanal en cabina se combina con aparatología de luz dual avanzada, en el protocolo del que hoy os hablamos; un tratamiento basado en limpiezas muy profundas del rostro – por las que Cristina Galmiche es ya de sobra conocida – que potenciamos con la tecnología Smart Pulse de Venus Treatments.
El poder sanador de nuestras limpiezas.
El primer paso del tratamiento es una higiene facial profunda, tratamiento que tiene un papel central en la filosofía y Método de Cristina Galmiche. “Para mi es el fármaco más efectivo contra cualquier grano, espinilla o erupción, pero también es el punto de partida para disfrutar de una piel que respire, más nutrida, joven e iluminada” . Una vez pautado el número de sesiones y principios activos que se emplearán en cada piel, pasamos a trabajarla en cabina con oxigenaciones cuyo núcleo central es el drenaje poro a poro gracias al que conseguimos reequilibrar el tejido inflamado y violentado por la bacteria Propionibacterium acnesy , controlando así el principal problema de estas pieles; la grasa. Pero los beneficios de nuestra limpieza no acaban ahí: a medida que se van realizando semanalmente las sesiones conseguimos;
- fortalecer el pH cutáneo, muchas veces debilitado por el uso de productos o fármacos que resecan el manto ácido.
- Oxigenar la piel minimizando el poro y beneficiando la penetración de nutrientes.
- Favorecer los procesos micro-circulatorios que ayudan a nuestra piel a cicatrizar mejor.
- Aportar luminosidad y un tono más unificado.
Secreto profesional: Según apunta Cristina Galmiche, hay que saber diferenciar entre una higiene basada en una extracción artesanal- cuya minuciosidad drena poro a poro las impurezas y secreción sebácea- o una limpieza vaga, que promete despejar la piel de residuos de una forma externa- buen ejemplo, son las limpiezas con punta de diamante-. Así recalca Cristina Galmiche, “la verdadera esencia de un protocolo en cabina contra el acné, es la paciencia y exigencia del profesional, que garantice un saneamiento progresivo, sostenible y respetuoso de la piel sin agredir químicamente ni comprometer su salud”.
Cauterizar y desinflamar.
Cuando la piel se ha liberado del exceso de secreción sebácea, cauterizamos y favorecemos la desinformación del tejido con Venus Versa cuyo apoyo en tres tecnologías únicas en el mercado, permite que personalicemos cada tratamiento según la patología o problema estético, escogiendo el programa del dispositivo que mejor se adapte a cada caso, en este caso el programa AC. El programa AC de Venus Versa, conjuga dos longitudes de onda en formato de luz dual, que se combinan para neutralizar la bacteria que provoca el acné, mientras controlan los procesos inflamatorios típicos de esta patología.
Luz azul: Cauteriza la bacteria que provoca el acné. La longitud de onda de esta luz destruye las bacterias Propionibacterium acnesy – las responsables de las inflamaciones acneicas- ya que se dirige a la porfirina que éstas producen.
Luz Roja: A su vez la luz roja, tiene una longitud de onda que permite controlar la inflamación y favorece la cicatrización del tejido.
El resultado: En la primera sesión se aprecia un confort y mejoría del estado de la piel. Sin embargo, no proponemos milagros, sino un protocolo riguroso con el que hay que comprometerse de dos a tres meses – según el grado de acné- para ver la diferencia. A medida que avanza el tratamiento, la piel va recobrando su uniformidad, los poros obstruidos van desapareciendo y la salud del tejido se va restaurando.
Información práctica:
Número de sesiones: Entre 6 y 10 normalmente.
Actividad del tratamiento: anti-acneica, oxigenante, cauterizadora, desinflamatoria y neutralizadora de las bacterias acneicas.
Diagnóstico: Gratuito y personalizado por Cristina Galmiche
Servicios que incluye: Pauta cosmética, examen previo de la piel y cabina exprés para la extracción de los granos que puedan surgir de forma natural durante el tratamiento.
